Mente vaga y divaga inconsciente

Aveces pienso cosas que no quiero pensar
cosas buenas, malas, de mi vida en general.
Pienso cosas sin sentido, cosas irreales
cosas que jamas contaría a nadie.
Divago siempre, distraída
escondida, retraída.

Escuché a quien me escuchaba divagar,
inadvertida, con su libreta de notas
comenzó a anotar lo que decía, mis balbuceos
mis locuras y posibles mentiras.



Quiero volar fuera de la ventana como viejo pájaro aventurero. Sacar estos colores monocromáticos que nublan mi mente. Deseo que el sentimiento feliz no sea efímero sino permanente, que me acompañe y no se vaya con otra gente.
Siempre observo por el rabillo del ojo como avanza el mundo, deseo bajarme pero no hay quien lo detenga, temo caerme y luego no poder subir otra vez. Mi fuerza de voluntad no es fuerte contra la marea que me empuja y me lleva para que avance con ella pero me ahogo y me quedo atrás. Nadie viene por mi.
¿¡Porque he de seguir avanzando por este interminable camino que lastima mis pies!? Odio ser sincera y no tramposa. Elimino mis ganas de usar zapatos y continuo entre vidrios rotos caminando.
¿El desinterés sera pecado? ¿por que ha de interesarme aquel que no me ayuda con mi futuro? No te enojes señor, no te enojes con este ser humano.
Ella tiene la mirada gélida que me congela aunque tenga esa sonrisa y me desee buena suerte. Usted me odia señora, me odia bastante señora destino, lo se, porque usted ha de ser quien me trajo de la mano a este lugar lejos del atardecer, lejos de mi nido.
Aveces levanto mis manos con la esperanza de tocar un pedazo de tierra, pero mi cabeza vuela y no me deja descender. Estoy preocupada ¿debería estarlo? tan lejos del suelo, no dejo de volar ¿sera posible? Un día puede que llegue al espacio y mi cabeza ¡BOOM! desaparezca ¿sera alguien capaz de repararla?


Balbuceo soñador suelto por doquier
y a el no parece molestarle
esconde su libreta y me dice;
"buenas tardes" 
se va, se va después de escucharme
y yo vuelvo a mirar por la ventana.
Cerrada ventana.
y yo vuelvo a mover mis brazos.
atrapados brazos.
y vuelvo a cerrar mis ojos.
cerrar mis ojos.
Voy a divagar de nuevo
hasta que llegue el enfermero
y me diga;
"Es hora de la medicina"
para que yo grite y me inyecten morfina.

Yo rió, rió y rió.
escucho sus palabras inocentes
que sueltan hostiles comentarios
sobre esa mente vaga que divaga inconsciente.
Loca, ¡esa es mi mente!
La que me mantiene aquí para siempre.


MC

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